2/9/10

Carlos

Carlos es un ricotero, aunque también escucha Sumo. Su pasión es el Indio, y su lider Patricio Rey. Lleva las iniciales de su amor en su gemelo izquierdo, mientras deja que el pelado le cubra la retaguardia.
A Carlos, que también le dicen Cacho, le gusta fumar paco y cuidar a su hijita, Jazmín, de cinco años.
Lo primero lo hace muy seguido, a espaldas de su esposa, cuando sale con Jimena, que siempre lleva lo que les hace falta. Cacho siempre siempre compra el paco en la villa veintiuno, a donde va a comprar todos los martes alrededor de las cuatro y media de la tarde. De ahí se toma el setenta y se va rápido para Barracas, donde se baja, a veces con algún acompañante inesperado, o no. Se baja y se clava ahí nomás uno bien gordo. A veces uno pasa con el setenta y lo vez, medio refugiado en una puerta, dandole mecha. Él dice que lo está tratando de dejar, pero Sofía, su mujer, sabe que miente. Ella ya lo encontró dos veces.
La primera lo encontró con Jimena. Estaban viajando en el setenta, y dio la casualidad que Sofía subió dos paradas después. Le preguntó que hacía y Jimena, pasada de vueltas, la empezó a insultar. Se bajaron y se fue a las manos. Cacho terminó con un ojo morado, y un rodillazo en sus partes blandas. Jimena rasguñada y con aún menos pelos. Y Sofía supo sobrellevarlo bastante bien, con no más que unas pocas uñas rotas. Carlos después tuvo que explicar por qué estaba ahí y se deschavó bastante. Claro que esto excusó a Sofía de revelar por qué había subido al colectivo en esa zona que tan poco frecuentaba.
La segunda fue más buscada: Sofía venía viendo que llegaba menos plata a la casa, así que lo fue a buscar. Lo siguió toda una tarde, y cuando al fin lo encontró sólo lo empezó a insultar y a pegarle con un bolso que llevaba. Fue un bochorno y Cacho volvió a jurar no hacerlo. Claro que, como es obvio, no cumplió.
La segunda actividad favorita de Carlos es, como dije, pasear con su hijita Jazmín, de cinco años. Jazmín es una nenita flaca, de ojos tristes y actitud muy vivás. Dicen que sacó la nariz de su mamá y la voluntad de su papá, aunque yo pienso que es alrevés. Carlos siempre se las arregla para salir con la pequeña a todos lados (aunque nunca los malos lados). Según me dijeron, el último fin de semana la llevó al Parque de la Costa. A Sofía mucho no le gustan esas cosas, pero lo aprueba con tal de ver a su marido preocuparse por su hija y la familia. Lo que ella no sabe es que Cacho cada tanto la lleva con él a ver a Jimena, aunque sin malas intenciones, y que cada tanto la usa para mendigar. La pobre nena es vive una bipolaridad de situaciones.
La última vez que lo crucé a Carlos iba en el setenta, con Jimena. Ella siguió de largo y el se bajó, al tiempo que ella le daba una virulana. Tuve la suerte de que donde bajó nos agarrara el semaforo, porque pude ver como, después de una rápida pitada, se metía con un fierro a un supermercado chino. Lo último que llegué a escuchar fue un tiro y un par de gritos. No sé si estará bien. Lo único que sé es que de esta Sofía no se entera.

No hay comentarios: