2/9/10

Viejos cuadrados

Son viejos, necesitan lentes. Ya se acostumbraron tanto a la luz que la ven negra. Así que tienen que usar sus pequeños foquitos cuadrados. Los usan para alumbrarte a la cara y saber de que standard sos.
Le tienen miedo al cambio.
El cambio no existe, dicen; el cambio es un todo, inevitable, dicen. Ellos ya llenaron sus bibliotecas, y no quieren libros nuevos. Dicen que somos muy chicos para entenderlos, pero veo chicos que son más viejos que ellos. La historia es increíble, pero no cambia su forma, sólo su tamaño. Hay algunos triangulos, algunos pentagonos, que hasta se pueden creer. Pero lo único que se escucha son los cuadrados, perfectos. La pregunta es, ¿Cuanto miden sus lados?

Un imbécil

El tipo era un imbecil. No había con que darle: era un imbecil. Y como todo imbecil, creía saberlo todo. Había leído un millon de libros. Se los sabía todos de memoria, y se creía de memoria todo lo que decían. Según él servían. Los llevaba consigo a todas partes y tenía magicas soluciones que extraía de ellos. Como todo buen imbecil nunca reflexionaba. Aunque, eso sí, era un imbecil intrepido. Hasta había deschado algunas de esas teorías, para recambiarlas por otras. Cada vez que tenía un problema recurría a ellas. A veces venía y te decía, cuando tenías algun problema: ''No boludo, porque esto es así y asá, no te leiste el libro de tal''. Luego de un par de años definió del todo sus obras. Todos los días te nombraba autores parecidos: todos una manga de imbeciles. No voy a negar que por suerte o por azar el muy imbecil a veces le pegaba, pero eran las menos. Pasó un buen tiempo que andubo solo hasta que conoció a una tipa que era tan imbecil como él y se casaron. Vivieron juntos muchos años. La imbecil era una neurotica también, así que él andaba chocho, con alguien con quien usar todas las imbecilidades que había leído en sus libritos imbéciles. Total, ¿entre imbéciles se entienden, no?
Cuando pasó mucho tiempo, la imbecil se volvió pelotuda y el imcecil se cansó, así que se separaron. Igual, como buen imbecil, siguió vuelteando y le costó terminarla, no le fue fácil. Sea como sea, ahora además de imbecil está solo, muy solo. Y por eso, además de imbecil es traidor. Eso es lo que más bronca me da. Porque podría ser alguien genial, un heroe, o incluso un villano. Pero al final de cuentas, es solo un imbecil más.

Triste

Una paloma vuela
Sin volar
Cae en una mano ajena
Que la deja sollozar

Que deprimente
Suele ser
Todo el proceso
Para estar mejor

¿Nunca soñaste
Con algo más?
Paloma negra-blanca
Me hacés llorar

La negra luna sueña
Con siempre poder brillar
Pero el sol no la entiende
No conoce la oscuridad

Teme el niño, teme
Tenme la mano al llorar
Cuando pienso en cuando crezca
Todo me empieza a temblar

A veces la soledad es dulce
Pero pronto me empieza a pesar
Te da odio y rabia
Pero siempre es un soñar

Y no escuches la voz del tiempo
Que sino te va a matar
Y escucha la voz del viento
Que secretos ha de contar.

Tony (incompleto, quizás)

Tony Tino es un galán. Le gustan las mujeres de entre 15 y 21, y sale los sábados a bailar, después de la oficina. Tony no es muy grande, recién cumplió los 20, pero sigue teniendo un carita muy versatil, que lo deja variar del ''chico bueno'', a sex simbol hot que todas buscan. Tiene en su haber bastantes pasados, y un par de ''inicios'', a pobres pibitas que dejó tiempo atrás. Para sus amigos es un genio, pero para su mamá es un burro, que nunca llegó a nada, (si ella supiera lo que es en la cama...). Tony disfruta dejar a sus chicas picando, para no comer, le gusta dar números falsos, o llevarlas hasta la nada en taxi. Aunque también le gusta cojer.

Tomi y Romi

Tomi y Romi viven juntos en una casa en un arbol. Tomi y Romi se aman, y aunque se lo dicen muy a menudo, ningundo de ellos lo sabe. Tomi lee y Romi escucha. Tomi mira y Romi salta, baila, y se cuelga por ahí. A Tomi y a Romi les gusta vestirse de distintas formas, pero a veces se repiten. A veces Tomi se pone un trajecito gris azulado, y Romi un vestidito a rayas. Y ahí no salen juntos, ahí no.
Tomi y Romi comen juntos, en su cama. Pero tiene sus zonas y se las respetan. Tomi come colgado, del techo, y se le cae un poco (la comida o la cabeza). Romi no, ella se sienta, aunque a veces haga frío y eso la incomode.
Tomi y Romi viajan juntos, o separados. Romitomi (o Tomiromi) es divertido, le gusta pasarla bien, andar por ahí. Y aunque a veces se frusta, es dificil pararlo. Trommi (¿o Rtommi?) no es tan simpático, a veces le cuesta, y es medio tenso. Es un buen tipo, pero se tropieza antes de empezar a caminar.
Tomi y Romi se hacen juntos, y les encanta. Tomi agarra un pie de Romi, que agarra un brazo de Tomi, que agarra la mano de Romi, que agarra la oreja de Tomi, que agarra el pie de Romi, que agarra algo más, y se besan y caput.
Tomi y Romi andan juntos, y son una dupla. Tienen su casita en el arbol, desde donde suelen mirar. Saben que hay otras casitas, y hasta a veces tienen invitados (aunque es poco usual). Se complementan y se sopesan. A su manera, son un Superman-Batman, aunque tratan de andar sin disfraces. Tomi dice mil huevadas y Romi escucha y toma nota, y viceversa. Ambos se caen de culo y aprenden a caer sentados.
Tomi y Romi son grandes, y son chicos a la vez, pero van rápido (tomandose su tiempo). Yo creo que pueden llegar a bien.

RATA

Algunas cosas viejas he de usar
Siempre contiguas, para pensar
La lagrima que anima
El olor que no escatima

Las piernas, las manos
Los ojos, y gusanos
Un guiso especial
Nunca se debe desestimar

Mala pata
Lleva la rata
Que el alcatarilla vive
Con lujos de monarca

No puede dejar crecer
El placer que le miente
Ni dejar de creer
En pecados que ni siente

Poema 2

Fue en mi cuadra
Iba corriendo
Y te choqué

Creo que te golpeé la nariz
Aunque no sangraba
Aunque no la vi

Te dí mi mano para que te levantes
Pero te levantaste sóla
Y me abrazaste

Creo que no pasaron ni cinco minutos
La situación fue irreal
Y luego nos separamos

Ayer te vi de nuevo
Tenías una curita
Caminamos de la mano

Las disculpas no valieron la pena
Porque no había nada que penar
Hablábamos con nuestras manos

Dormiste la siesta
Dormimos
Creo que esa vez no tuve miedo

Las manos no se soltaron
Y creo que no están sueltas
Aunque, creo, que esta vez no tengo miedo

Poema 1

Fue un lunes
Cuando la luna aún dormía
Tú lloviste
Y me regaste
Y yo crecí

Fue un martes
Por la mañana
Cuando me alumbraste
Tu luz me despertó
Y yo reí

Fue un miercoles
Era tarde
Mis ojos se apagaban
Y me sostuviste
Y me afirmé

Fue un jueves
Ambos dormíamos
Tu mano cayó sobre mí
Y no tuve frío
Te envolví

Fue un viernes
Tú no estabas
Pero algo en la brisa
Me hizo saber con certeza
Que sí

Fue un sábado
Te dí uno de mis pétalos
Pero lo arracaste
Lo sostubiste dulcemente
Y me besaste

Fue un domingo
No hubo un segundo en todo el día
En el que pudiese no pensar
En lo fantástico de mi vida
Junto al clima en que viví

Paranoia (incompleto, por suerte)

Es como si algo tironeara de mi cerebro. Se clava bien fuerte, y me da una lucidez puntual, una luz potente y focalizada, que oscurece todo lo demás. Mi mente se bloquea, y sólo avanza en una dirección. Creo poder oir, ver, oler, saborear y tocar, pero son sólo ideas, las pocas ilusiones sobre las que el gancho me desliza, desgarrando mi felicidad, apuñalando mi amor y mis sueños con una daga hecha de odio y miedo. Mi cabeza sangra hasta secarse, purgandose de emociones. La sangre brilla mientras el amor, la lujuria y la alegría se van. Pero se opaca con el dolor, la tristeza y la soledad. En un último destello, la furia y el odio se van, antes de que el puñal salga, dejando su veneno. El miedo se queda, no se va, mientras la herida está abierta. Mi mente se apaga, o aparenta hacerlo. Conservo mis ganas de vivir, aunque no sé hasta cuando, ni como. Mi alma entra en un ''stand by'', a la espera de alguna salida. De repente, como si de una patada se tratase, mi mente revive, aunque sólo para mancillarse. El dolor vuelve, unido a la tristeza, para infectarme de depresión.En busca de alguna cura, mi mente escapa, queriendo encontrarla. Vago por lugares conocidos, y una fiebre nostalgica pasa a nublar mi mente. Lentamente, condensa el odio, que forma una neblina, que se calienta y sube en una voluta que me deja vacío. El paso de los días se ralentiza...

No hay nada

No hay nada que ver
Nada que oler
Nada que sentir
Nada a percibir

No se que hacen aca
Todos ustedes saben
Que yo vine a verla
Quiero estar solo con ella

No hay que pensar
En lo que va a pasar
Porque todos ustedes saben
Lo que yo quiero inmaginar

Y el tiempo que llevo asi
Y todo lo que vivi
Creo que me me lo mereci
Y esto me lo gane

No me cuestionen mas
Solo consíganse un lugar
Porque todos ustedes saben
Que yo lo voy a lograr

Nadia

No tengas más miedo, nena
Que todo va a estar bien
Sentí el suelo, y la arena
Que se disuelve, en mil, en cien

Dame tu mano, mi amor
Bailá la danza, del dolor
No tengas miedo, mi piel
Es solo tuya, no de aquél

Desarmate, y a rodar
Una sinfonía, para vivir
No es mía, ni tuya
Es para aquél, que está por venir

Prendete, de mis hombros
Y dejate reposar
Sentí, que te llevo
Podés, si querés, dejarte soñar

Me engancho en vos, y vos me cuidás,
Siento que la locura que me mata
Nunca más va a llegar
Que puedo confiar en vos

No tengo más miedo
Me vuelve en color
No estoy más ciego
No hay dolor
Confío, vuelvo, te creo
Me voy, vuelvo, me voy
Y vuelvo

(Pul) Lover

Era bueno
Era mi parte sin freno
No tenía ni un apice de más
Alla está

Se fue y no volverá
Unas licores, un olor
y todo lo demás
La maldita bruja lo mató

Y mi venganza es que no me pueda oir
Ni aunque grite, llore o le pueda mentir
No va a estar ahí para saberlo
Porque no se lo ganó

Demasiado enojado para llorar
Demasiado malo para cantar
Demasiado mío para contarlo
Pero no lo bastante sucio para olvidarlo

Era lo único que era mío
Y la vieja limpia lo ahogó
Se desquitó con él
Pero me perdió a mí

La traición, la compra
Y su vieja escuela
Las plasma donde quiere
Y en las muelas

No te las hace saber
Se ''disculpa''
Está orgullosa de su mierda
Y la limpia con olor a pis de gato

No tengo un ápice de paciencia
Pero en realidad querría matarla
Mil odios y venganzas
Matar al suyo, pegarle en la cara

Pero meticuloso, loco, horrible
Violento, inteligente
Macabro, incompetente
Odio, maldicion

Pero igual
Ya se fue

Interesting

Tuve un sueño.
En él, una vieja sombra
vino a buscarme.
Caminamos juntos un poco
Y hablamos.
Me exigió cosas,
como había hecho en otra época,
pero hubo cambios.
Me di cuenta que estaba
en mi inconciente
Y que aquella sombra que me acosaba
Solo era la sombra,
joven, tonta y pequeña
de otra sombra,
vieja, ciega, y debil,
que ya había perecido tiempo atras.
Caminamos otras cuadras,
y se esforzó por intimar conmigo
por acercarse.
Más allá de mis miedos, la enfrenté
y me di cuenta
de que es lo que quiero.
Y fue raro;
esta pequeña sombra
era tonta y joven, pero
algo más entendía.
Pudimos hablar.
Obviamente esto sólo pasa en mis sueños
Pero le dejé bien en claro
que no me interesaba verla más
Y qué quería que se fuera.
Y me entendió,
y sin resentimientos
se fue.
Y yo en mi sueño,
me fui a buscar a mi amada;
y la vi, y sonreí, y fui feliz
y desperté.
Y ahí estaba ella, mi amada.
y yo no tuve miedo.
Y me besé.
Y me besó.
Y al fin dormi.

Historia

Tomá: no tendrás más miedo con ello.
Y caminando se fue hacía la lejana zona. La música era distante, pero ya no le preocupaba. Esa típica sensación extraña, como de que algo no iba bien lo volvía a atrapar, pero no lo asombraba. Por fin llegó al portal, y se sentó.
Estaba triste, a decir verdad. Amalía otra vez sólo le había dado ''bola''. O sea, no pasaba de eso. Ensima sus amigas la hacían desconfiar.
Él no lo hacía para autodestruirse, pero necesitaba un escape. Encendió un cigarrillo. Y tuvo miedo. Realmente estaba oscura la maldita calle, y su tabaco brillaba como una señal, invocando algo que él seguramente no quería que venga.
Tenía otros problemas... las peleas con su familia y principalmente, con su abuela (esa estúpida vieja ricachona, que sólo porque les pasaba algo de guita se creía una reina), últimamente le había estado insistiendo con el tema del colegio. ''La puta madre'' pensó, ''se que no soy el más aplicado, pero aunque sea sólo son 4 bajas, y sólo una es un aplazo''. Realmente ese día no quería volver a casa. Cerró los ojos y se recostó sobre la puerta. Aspiró el humo otra vez, e intentó relajarse.
Estaba todo muy brillante, sólo porque ya no veía la oscuridad que tenía alrededor. Amalía lo seguía, y aunque no hablaba, le daba algo de calor con la mano
No podía distinguir bien a donde iba, pero sabía que era algo bueno; si estaba Amalía tenía que ser algo bueno. La había buscado durante tanto tiempo. Intentó darse vuelta, mirar a Amalía a lo que había atras, pero no podía, algo le forzaba el cuello. Le dio miedo, pero siguió adelante. De golpe, se tropezó y empezó a caer en picada, Amalía le seguía tomando la mano, pero...
Pegó un grito y tiró lo que fuese que tenía en la mano. Estaba muy oscuro, pero no podía ser muy tarde... la calle se veía exactamente igual que cuando se había sentado. Claro que no hay muchas diferencias entre las once y las dos. Se besó los dedos.El circulo de dolor se estaba poniendo amarillo, y no se veía muy bien. Buscó las llaves y no las encontró. Insultó por lo bajo. Otra vez tendría que ir a casa.

En la puerta

Era un jueves. Anochecía. Él estaba parado frente a la puerta de vidrio. El frío lo hacía soltar volutas de vapor con cada suspiro, húmedas como el sudor que chorreaba de la puerta. Él empezaba a tiritar, su respiración se desacompasaba. Algo a medio camino entre una lágrima y una gota condesnada chorreaba por su ojo hasta su mejilla. Él empezó a caminar de un extremo de la puerta al otro. Pequeños tics comenzaban a aparecer. Lentamente, dirijió su mano izquierda hasta su boca, para mordisquear su tercer dedo, mientras levantaba su ceja derecha. Un leve murmullo empezó a brotar de su boca, al tiempo que horribles imágenes invadían su mente. Empezó a oscilar de un lado a otro, tieso en su lugar. Primero rápido, luego lento, disminuyendo cada vez más su velocidad, hasta terminar sentado en el piso, con sus piernas abrazadas a su pecho. Se quedó quieto, sin moverse. No más sonidos salían de su boca. Cuando parecía haber muerto, algo lo reanimó. Cuando un zumbido se oía lejano, se levantó y buscó arreglarse, mientras se sonreía tensamente al espejo. Tras el chasquido de la puerta salió ella, exultante ante sus ojos. Lo abrazó primero, para luego besarlo. Después lo tomó firmemente de la mano. Y se fueron.

(Manuel) En la jungla

Avanza rápido. Siente que alguien lo sigue. No sabe que o quien, pero está ahí, es algo tangible. Puede hasta casi olerlo. Pero no se atreve a voltear. Llega al refugio y se acuesta, solo. No tiene compañia. Ni siquiera antes de dormir mira atras.
Despierta. Otra vez tuvo sueños intranquilos. La maldita presencia sigue ahí. Pero la olvida. Se esfuerza por borrarla. La ignora, se esfuerza por ignorarla. Sale. Busca su arma y sale a cazar. Encuentra animales, vida y comida. Los persigue. Y la presencia. Mezclada entre el bosque y las cumbres lo sigue. Se esfuerza por seguir ignorandola. Caza un pequeño ser. Lo lleva al hogar. Lo cocina y se lo come. Sabe a la presencia. Se duerme aun sin mirar.
Sueña. Sueña con la presencia. Pero no se atreve a mirarla ni en sueños. Sueña una ceguera, una falta de sentidos purificadora, que lo lleva a un extasis pacífico.
Pasan meses años y días. Envejece. Su humor envejece, y tambien su piel y sus ojos.
Su cerebro se arruga. Pero la presencia no. No la olvida. No puede olvidarla. Está ahí. La sigue oliendo al igual que todos los otros días. Se cansa. Pero teme. Tantos años de forzarse, hacen que tema. Y no mira.
Días pasan. No meses, no hace falta tanto. La ira se gesta en él. Más el miedo seguirá impidiendolo. Pero la ira está. En su soledad y angustia, encuentra una guía: su furia. Esta le enseña y lo nutre. Lo prepara. Sientiendo la presencia sobre sí, prepara sus armas, desarrolla sus armaduras. Cuando al fin se siente listo, toma su arma fuerte por la empuñadura, se aprieta su protección, y se da vuelta. Luego de toda una vida, enfrenta a la presencia, le da la cara, busca mirarla a los ojos. Pero no hay nada. No hay nada que pueda ver, o tocar u oler. Está solo. Está solo en la jungla. No hay nadie más que él. Y entiende.

El Sol

Amanece el sol
¿Siente él
su propio calor?
Diría que pide ayuda
Quizá también tiene dudas

¿Podrá el sol pensar?
¿Será un dios,
Una conciencia estelar?

Es un dios con gula
Su divinidad es su tumba
No puede ya volar
Sólo orbitar

El te saca el agua
Te seca
Y ni el mar tiene tanta agua
No sueñes con regresar

En el desierto es la bola
En el oceano la luz motora
Te hace secar
No hay lugar
Ni para llorar

Ella

Preparando la comida, se da cuenta. Aunque el pensamiento la espanta, se da cuenta que no hay nada que hacer. Ella es así y así será. Y quizás nadie la quiera, ni ahora, ni nunca jamás. Pero está condenada por su forma de actuar y de pensar. Algún eje interno que no puede localizar la bloquea, y le quita la capacidad de quitarse (de sí misma). Tiene un espásmo y se pone a llorar. Las lagrimas le caen lentamente por sus ojos, ojeras, cachete, labios, pera, y se seca. Quiere negar lo que le molesta, para hacerse la fuerte, pero no se da cuenta que esos pobres intentos de fortalecerse son su mayor debilidad. Es eso, es su orgullo, y su ceguera lo que le impiden defenderse, cuando es ella misma la que sea ataca, y no lo otros. Cuando piensa que en realidad son sus seres queridos y cercanos los que la destruyen, y en el fondo nos es más que ella misma. Mientras se deja caer en el piso, empieza a oler como lo que preparaba se quema. Pero no hace nada, y se deja estar. Sigue pensando, en que hacer, en que hacer. Hace un repaso mental de todos lo últimos acontecimientos: sus perdidas, sus ganancias, sus tritezas y sus sonrisas. Así mientras el humo sube, se decide, se arma de valor, encuentra los caminos correctos y hace sendos planes. Todo empieza a cuadrar, y aun con los cachetes mojados se levanta. Es ahí cuando recapacita en lo que antes había ignorado, en lo que el fuego estaba destrozando. Y se deja caer otra vez.

Durísimo (mini)

Te encargaste de arruinarlo todo
Excepto todos esos buenos momentos

Aprendí de todo,
Incluso como endurecer más el cemento

Pensé en quemarme vivo
Pero el quemarte a vos era un sufrimiento

Tuve miedo, pánico y odio
Y todavía a veces lo siento

Carlos y Marta (Imcompleto)

Carlos y Marta conviven juntos hace ya un par de años, después de tres de noviazgo. Hace tres meses tuvieron una beba llamada Rocío, un pequeño primor. No les va muy bien con el dinero, pero se arreglan como pueden. Carlos es desocupado, vive armando pequeños emprendimientos que fracasan, cuando no está buscando alguna changa. A Marta la echaron del trabajo hace unas dos semanas. Era mosa en un barsito, pero entre fallas de presupuesto del local, y que tuvo que faltar mucho por una gripe de Rocío, la mandaron a su casa indefinidamente. Hoy por hoy, la hermana de Marta, Samanta, les está pasando unos pesos. Lo malo es que Carlos invierte más de la mitad es su nuevo chiche: una mini empresita de souvenirs.

[...]-Sí, Carlos y yo armamos la empresita hace un par de meses ya.
-No, no está marchando muy bien la verdad.
-Sí, sí estamos interesados en venderla.
-¡¿A cuanto?! Dígame cuando y nos juntamos a firmar los papeles [...]

Ramón empezó sus veintiseis años a lo grande: su viejo tío ricachón tuvo un infarte, y después del cataplún, le dejó un buen fangote de guita. A los 4 semanas vendió la casa, compró un yatesito y se fue a naufragar con un grupito de chicas (de las más amables). De cualquier forma, después de unos cuantos días así, notó que no era lo que quería. Así, volvió y empezó a comprar cosas. Lo malo es que nada de eso era lo que buscaba. Después de pensar un tiempito se acordó de Marta, su compañerita del secundario, que estaba buenísima. Se decidió que la guacha tenía que ser suya.

[...]
-¡Hola, Ramón! Que gusto verte, después de tanto tiempo. ¿Cómo andás? Te trató bien la vida, por lo visto...
-Sí, hace poco cobré una herencia. Un viejo tío mío falleció hace poco.
-Uy... Lo siento.
-No hay problema, sé que está mejor ahora.
-Sí...
-Bueno, basta de temas tristes ¿Qué vas a querer cenar?
-Eh... No sé.. Es qué, ¡es todo tan caro!
-No te preocupes, que yo invito.
-Este... Bueno, no sé, elegí vos...
-Bien... ¡Mozo! Traigame dos filetes, con la ensalada del César.
-Sí, señor.
-Y un vino bueno, de la casa.
[...]

Carlos

Carlos es un ricotero, aunque también escucha Sumo. Su pasión es el Indio, y su lider Patricio Rey. Lleva las iniciales de su amor en su gemelo izquierdo, mientras deja que el pelado le cubra la retaguardia.
A Carlos, que también le dicen Cacho, le gusta fumar paco y cuidar a su hijita, Jazmín, de cinco años.
Lo primero lo hace muy seguido, a espaldas de su esposa, cuando sale con Jimena, que siempre lleva lo que les hace falta. Cacho siempre siempre compra el paco en la villa veintiuno, a donde va a comprar todos los martes alrededor de las cuatro y media de la tarde. De ahí se toma el setenta y se va rápido para Barracas, donde se baja, a veces con algún acompañante inesperado, o no. Se baja y se clava ahí nomás uno bien gordo. A veces uno pasa con el setenta y lo vez, medio refugiado en una puerta, dandole mecha. Él dice que lo está tratando de dejar, pero Sofía, su mujer, sabe que miente. Ella ya lo encontró dos veces.
La primera lo encontró con Jimena. Estaban viajando en el setenta, y dio la casualidad que Sofía subió dos paradas después. Le preguntó que hacía y Jimena, pasada de vueltas, la empezó a insultar. Se bajaron y se fue a las manos. Cacho terminó con un ojo morado, y un rodillazo en sus partes blandas. Jimena rasguñada y con aún menos pelos. Y Sofía supo sobrellevarlo bastante bien, con no más que unas pocas uñas rotas. Carlos después tuvo que explicar por qué estaba ahí y se deschavó bastante. Claro que esto excusó a Sofía de revelar por qué había subido al colectivo en esa zona que tan poco frecuentaba.
La segunda fue más buscada: Sofía venía viendo que llegaba menos plata a la casa, así que lo fue a buscar. Lo siguió toda una tarde, y cuando al fin lo encontró sólo lo empezó a insultar y a pegarle con un bolso que llevaba. Fue un bochorno y Cacho volvió a jurar no hacerlo. Claro que, como es obvio, no cumplió.
La segunda actividad favorita de Carlos es, como dije, pasear con su hijita Jazmín, de cinco años. Jazmín es una nenita flaca, de ojos tristes y actitud muy vivás. Dicen que sacó la nariz de su mamá y la voluntad de su papá, aunque yo pienso que es alrevés. Carlos siempre se las arregla para salir con la pequeña a todos lados (aunque nunca los malos lados). Según me dijeron, el último fin de semana la llevó al Parque de la Costa. A Sofía mucho no le gustan esas cosas, pero lo aprueba con tal de ver a su marido preocuparse por su hija y la familia. Lo que ella no sabe es que Cacho cada tanto la lleva con él a ver a Jimena, aunque sin malas intenciones, y que cada tanto la usa para mendigar. La pobre nena es vive una bipolaridad de situaciones.
La última vez que lo crucé a Carlos iba en el setenta, con Jimena. Ella siguió de largo y el se bajó, al tiempo que ella le daba una virulana. Tuve la suerte de que donde bajó nos agarrara el semaforo, porque pude ver como, después de una rápida pitada, se metía con un fierro a un supermercado chino. Lo último que llegué a escuchar fue un tiro y un par de gritos. No sé si estará bien. Lo único que sé es que de esta Sofía no se entera.

19-08-09

Toma, nena
Una vez más
Tu risa no se esconde, nena
No hay nada, no soy capaz

Se que hay alguien en el costestador
La vibración electrica
Y también el olor
Abrime la puerta
Que nos hacés un favor

Un turbo endo viaje
Subliminal y más
Abrime la puerta, nena
Que nos hacés un favor

We have to leave soon
The airplane is going up
The air is toxic
And I'm plane like stuff

Dame, nena
Mírame más
Tenme en un vaso
Volcame sin más

Primera reflexión sobre creer.

El problema es... el problema es que hay muchos problemas. Pero yo estuve pensando en este...

Uno siempre cree muchas cosas. A mí me pasa que me creo super poderoso. No es un chiste. Yo pienso que soy muy capaz, y me lo creo. Creo que algún día podría gobernar al mundo. Que mis ideas son mejores que las de los demás. Que yo soy el más apto para las tareas en las que me creo apto (tampoco es que soy un negligente absoluto, che...). Claro, vos debés pensar: este tipo está de la nuca. Y por ahí tengas razón. Pero pensalo. Vos también debés creer algunas cosas. Tanto impedimentos, como ''superpoderes''. Yo creo, de cualquier forma, que de acá deriva la mayoría de los problemas. Las personas creemos muchas cosas. Que no podemos ganar más guita, que no podemos estar mejor. Que esa persona que tanto queremos va a volver. Que sería bueno que esa persona vuelva. Que antes estabamos mejor, y que mañana va a ser un gran día.
Y la verdad es que me parece que creer está bueno en muchos sentidos. Es lo que te da fuerza, lo que te impulsa, lo que nos hace sentir vivos... claro, si creemos en eso. Puede ser también nuestra ruina. Creer es una herramienta poderosa, sirve para estar bien, para estar mal, para mejorar, para empeorar, para lavarnos el cerebro.

Así, yo creo que está bueno hacer una selección de lo que uno cree. Lavarse la cabeza puede ser muy útil llegado el caso. Muchas veces hace falta ''mentalizarse''. Pero yo creo que de fondo siempre hay que saber hacia donde está tirando uno el flechazo, porque podrías darle a algo que no era buena idea darle. Y no sé, en eso estuve pensando. Gracias por tu tiempo.